Bajo la filosofía de “proteger, respetar y remediar” los derechos humanos, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó en junio de 2011 los principios rectores de las empresas y los derechos humanos, en la que se reconocía el papel de desempeñados por las empresas en la sociedad y su condición de sujeto de obligaciones en el cumplimiento normativo.
Se trata de 31 principios -fundacionales y operativos- que pretenden ser un marco global para prevenir y mitigar riesgos adversos a los derechos humanos dentro de las estructuras empresariales y como consecuencia de la actividad empresarial, a la vez que facultan a la sociedad civil y a grupos de interés herramientas para medir el desempeño de las empresas con los derechos humanos.
No se trata de una norma pero sí define una norma de conducta mundial que está siendo asumida de manera similar por las empresas del mundo, con independencia de su objeto, dimensión, actividad o localización.
Los Principios Rectores de la ONU contienen tres pilares que aclaran los respectivos deberes y responsabilidades de los Estados y las empresas: proteger, respetar y remediar.
- Deber de proteger (Estado): que recuerda su condición de sujeto de obligaciones para recordar la necesidad de promulgar y aplicar políticas, leyes, reglamentos y adjudicaciones eficaces en materia de empresas.
- Deber de respetar (Empresa): establece la responsabilidad de respetar los derechos humanos como norma mínima mundial de conducta esperada para todas las empresas, dondequiera que operen.
- Derecho al remedio (Sociedad, grupo o individuo): El acceso al remedio o la reparación, con el que insta a las empresas a facilitar el acceso a una reparación eficaz para las víctimas de abusos relacionados con las empresas.