Mario Martínez
Tuve la oportunidad de conocer a Alberto Corazón en 2018, en el seno de un proyecto de rebranding que decidimos acometer en la Administración autonómica de La Rioja. Entonces, propuse a mi equipo y a mis superiores implicar al diseñador madrileño en todos los procesos y operaciones. Suya es, al fin y al cabo, la identidad institucional primigenia de La Rioja; aquella que dotó en 1983 de una narrativa gráfica al «ser riojano» y al «hacer Comunidad».
Aquel proyecto de actualización de la marca del Gobierno de La Rioja nos adentró, en varias ocasiones, en la casa-estudio que Alberto Corazón tenía en el distrito madrileño de Chamberí.
Confieso que mi primera llegada a Madrid estaba llena de miedos y de inseguridades. Más allá del nuevo enfoque estrátegico de branding, y del nuevo propósito y principios que queríamos reforzar con el proyecto de rebranding, el desarrollo gráfico iba a ser validado por su creador original.
Alberto nos citó en una pequeña galería-imprenta del barrio. Nos sentó en su trastienda y amigablemente, conversó con nosotros. Mi compañero portaba en su mano todo el trabajo que habíamos desarrollado hasta la fecha. Y Alberto, al verlo, exclamó: ¡oh! qué natural. ¡qué cambio tan natural! ¡Es lo esperable, lo que tenía que pasar!
Daba por sentado conocer a un genio creativo. A la gran referencia del diseño del siglo XX. Lo que nunca supuse es que conectara con Alberto de manera tan compleja y tan profunda. Porque su cosmovisión del diseño, la de ser parte del espacio comunitario y servir a la comunidad, conectaba de lleno con mi trayectoria profesional y las metas que había fijado para mi horizonte más cercano. Una trayectoria que había decidido suspender para trabajar temporalmente en la Presidencia del Gobierno de La Rioja.
Llegamos a un restaurante cercano que el diseñador solía frecuentar y abrimos un rioja para hablar de La Rioja y el diseño. La botella quedó vacía y el momento lleno de frases, reflexiones y confesiones que hoy, ante su pérdida, golpean mi memoria y mis recuerdos.
Disipé mi vértigo con la parte gráfica de la nueva identidad, cierto. Pues el creador original había validado el trabajo de mi compañero. Pero el tiempo que compartí con Alberto me ayudó para reafirmar lo que hoy constituye mi propósito de vida profesional.
Comparto con Alberto su mirada humanista y comunitaria del diseño. Pues el diseño, y en suma la comunicación, es un elemento clave para unir las sociedades. Es un lenguaje universal de integración y de inclusión. La buena comunicación y el buen diseño existen para proteger los derechos humanos. Y para promover economías, sociedades, democracias y un planeta sostenibles.
Te vas, Alberto, te vas siendo riojano; el mayor agradecimiento que una tierra como la nuestra podía darte: su condición de ciudadano. Aquí nos dejas tu legado universal y tu patrimonio inmaterial: tu cosmovisión y tu diseño humanista y comunitario.
Mario Martínez (La Rioja, 1988) es el director ejecutivo de Propós. Entre 2015 y 2019 fue director de gabinete de Presidencia y el responsable de las políticas de marca, comunicación corporativa, publicidad institucional, memoria histórica, emancipación juvenil y derechos humanos del Gobierno de La Rioja.